El arte de reinventarse una y otra vez

Una crisis es un punto de inflexión y uno, no puede quedarse como estaba.
La reinvención ocurre cuando nos enfrentamos a un cambio importante en nuestra vida u entorno.

Están aquellos que esperan a último momento, cuando el cambio es inminente, otros, son proactivos y se adelantan a la crisis como promotores de cambio. Al que vive, le pasan cosas, y los únicos que están en equilibrio son los muertos, de modo que, como “vivitos y coleando’, somos vulnerables a los cambios, que, dicho sea de paso, son permanentes.

El desafío es reinventarse,  son varias las veces que a lo largo de nuestra vida nos inventamos una y otra vez.

El hecho que la expectativa de vida haya aumentado, y vivamos más, nos obliga a adaptarnos y a cambiar en varios órdenes de la vida: respecto a la salud, al trabajo, a los hijos, a la pareja, a nuestros proyectos, en relación al dinero, al patrimonio.

Sucede que como todo cambio, presenta un duelo, porque algo de lo que era ya no es, y un duelo es un proceso que requiere de tiempo.

Las emociones que aparecen son miedos, susto, parálisis y angustia. Pero luego de ese proceso inicial, lo esperable es que se comience con un camino creativo y de retrospección. A veces en soledad, otras veces acompañado por un profesional.

Volver a empezar. Nunca se empieza de cero. Es beneficioso usar todos los recursos a disposición para enriquecer el diario vivir.

Hay que salir de la zona de confort, de aquello familiar, aquello conocido y que nos ha dado una sensación de seguridad.

Cuanto más flexibles las personas somos, traspasamos estos momentos con mayor facilidad.

Asimismo, la forma que nos relacionemos con la incertidumbre, el desapego, la humildad, la paciencia, los duelos; nos permitirá pasar con mayor o menor facilidad y; pasar o no a la acción.

Ayudados con otros atributos que suman como la confianza, la capacidad de pedir ayuda, la actitud de espera y el tener una actitud positiva.

Es importante tener en cuenta que, nadie se equivoca en el presente. En cada momento de mi vida, hice lo mejor que pude, con mis capacidades y también con mis limitaciones. Hoy puede ser que pueda hacer otra cosa, pero en aquel momento, hice lo mejor que pude. Vale la aclaración en aquellos casos donde es necesario perdonar y perdonarme.

Otro recurso a disposición es aprender de los que han tenido que reinventarse, leer biografías, textos inspiradores, acercarnos a personas valiosas para nosotros desde su quehacer en el área de nuestra vida que precisamos reinventarnos.

Recordar que: “nada es para siempre”, que: “nadie tiene la vaca atada” y que: a ‘Seguro se lo llevaron preso”.

Lo anterior prepara para lo que sigue. Es gracias a lo anterior que hoy disfruto este lugar.

Aún cuando hoy no pueda verlo, todo tiene su razón de ser.

La vida es un aprendizaje constante, y las enseñanzas nos llegan de muchas y diferentes maneras. Una persona abierta a la vida, con aceptación de los hechos como son y en presencia constante, busca el punto de aprendizaje de las situaciones nuevas.

Lo importante es nunca bajar los brazos, insistir, no perder la esperanza.

El secreto es persistir, seguir buscando, aprender, volver a empezar.

Eso dicen los que saben.

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